martes, enero 30, 2007

Hiatus

Lo siento, sé que llevo siglos sin dar señales de vida y no es por falta de cosas que contar! Hemos pasado una estupenda semana en amor y compañía porque las niñas han cogido la gripe y me ha tocado aguantarlas a tiempo completo. Como era de esperar, cuando ellas volvieron al cole (por fin!!), el cuerpo de Supernanny dijo basta y se rindió a los maravillosos encantos del virus de la gripe. Vamos, que llevo cuatro días en cama. Y como un tal Murphy inventó un montón de leyes, me ha tocado justo la semana previa a exámenes, así que escribo para anunciar mi inmediata desaparición hasta el próximo 9 de febrero, último día de exámenes. Que os vaya bonito y hasta la vuelta. Bikiños, Mae!

PD: Feliz cumple, Luisete!

lunes, enero 22, 2007

Saba, volumen 2

Os acordáis del lindo gatito del otro día? Pues ese maldito gato y yo vamos a tener algo más que palabras.El miércoles se pasó la tarde en mi cuarto y el jueves yo me levanté llena de picaduras... de pulga! Al principio no sabía que eran de pulga, pero después de fumigar el cuarto con insecticida, comprar un kill-paff, lavar las sábanas en agua hirviendo y despertarme otra vez llena de picotazos, empecé a sospecharlo. Una vez más, Sophie acudió en mi ayuda y me dio un spray mágico que echaré esta tarde porque tiene que estar tres horas la habitación cerrada.
Por supuesto, el gato ha pasado a ser persona non grata en este cuarto y se confirma la teoría de la Reina Madre conforme las princesas no pueden tener gatos... :P

Bikiños, Mae!

sábado, enero 20, 2007

Momento gafapasta

Ayer llegaron mis gafas nuevas. De pasta, rojas, muy bonitas. Como tenía que ir a la óptica a que me las ajustaran, pasé por la librería para comprar una agenda y entonces llegó el momento gafapasta de la semana: entre todas las agendas de la tienda, me compré la que lleva La Habitación de Van Gogh en portada. Había otra con una foto de la Torre Eiffel, muy parisina, pero poco cultureta para mi momento de gafas nuevas.
Hoy ha venido parte de la family a París y me he ido de paseo con ellos. Quedamos en Notre Dame y justo cuando llegué, los restos del huracán Kyrill debían estar pasando por París. Diluviaba y casi salgo volando, al más puro estilo Mary Poppins, aunque ella lo hace con mucha clase y yo me peleaba, literalmente, contra el viento. Nos tomamos un café en una brasserie y fuimos a ver la exposición de Rembrandt al Petit Palais. Y digo fuimos, porque no la vimos. Aunque haya un cartel fuera diciendo vengan a ver la exposición de Rembrandt, la exposición ya no existe. Cuando preguntamos que por qué siguen teniendo los carteles, nos encontramos con otro momento francés: estamos esperando a que la empresa encargada de quitar los carteles venga. Ni que los carteles fueran vallas publicitarias, oiga, que son DinA3 de lo más accesibles! En fin, que nos dimos un paseo entre Courbet y Monet y nos fuimos de cabeza a Zara a comprar unos calcetines, porque yo tenía las botas llenas de agua. Luego, cena en el Quick (qué bueno el nuevo crusty-pollo, por cierto!) y de vuelta al calor y la sequedad del hogar, que ya se echaba en falta...
Bikiños, Mae!
PD: Didier y ma cocotte Ann-So, tenéis que venir a Vigo este verano que me debéis una cena :P.
PD2: Hoy cumple 23 añitos El Zascandil, artista antes conocido como el Templario; felicidades, niño! (Te llegó mi sms de ayer?)
PD3: Feliz cumple también, con un poco de retraso, a PuriTita, que el 18 no posteé y se me fue la pinza ;)

miércoles, enero 17, 2007

Saba

Esta es Saba. Aunque aquí tiene un poco mirada de gato diabólico, es muy buena. No sé si os acordáis de que al principio de esta locura solo establecía comunicación cordial con la gata, así que creo que se merecía un rinconcito en El bolso de Mary Poppins. No la dejan estar en casa (no sé por qué, historias del gabacho), pero como me da pena porque fuera hace un frío horrible, yo le dejo estar en mi cuarto mientras estudio. El otro día me la encontré durmiendo en el cuarto de la lavadora y me dio penita, la verdad. Ahora está tumbada en mi sofá, le gustó uno de mis jerseys y tuvimos una dura lucha por él, pero a veces viene y se sube a mi tripa y se queda ahí, hecha un ovillito. Además, le hablo casi siempre en español (le llamo directamente gato) y me entiende perfectamente, así que creo que cuando me vaya la voy a secuestrar :P, que seguro que está mejor conmigo que en esta casa de locos...
Por lo demás, todo como siempre. Un poco estresada con esto de los exámenes. El libro gordo de Petete, o de Fundamentos Biológicos de la Conducta, como más os guste, está acabando conmigo. No me acuerdo de nada de ciencias del insti y el último tema eran miles de fórmulas y de cálculos y no es que yo sea precisamente un fenómeno con las mates... Y ese es el principal motivo de que no escriba mucho últimamente. Las cosas tampoco cambian mucho: seguimos pasando hambre y Hélène y yo malamente nos dirigimos la palabra; de hecho se corta el aire con tijeras cuando nos quedamos las dos solas. Y con el resto, guay. Ayer conocí a todas las amigas de Manon y me estuvieron poniendo al día de los cotilleos de su clase.
Y ayer, también, vi la versión francesa de Supernanny. La imagen que tenéis de la niñera supersónica española, desterradla de vuestras cabezas, porque aquí es una réplica de la mismísima señorita Rottenmeier. No, no exagero. Vestida de negro, muy delgada, moño alto, gafas redondas... Y con una mala leche de espanto; vamos, nada que ver con nuestra Supernanny, que mola mil.
En fin, que me vuelvo a la selección natural. Lo mejor de Darwin con su teoría de la Selección Natural fue la posterior creación de los premios del mismo nombre, adjudicados a aquellos individuos que mueren de forma estúpida sin descendencia...
Bikiños, Mae!
PD: Os recomiendo la viñeta de Forges de ayer; grandiosa.

lunes, enero 15, 2007

Lo que me faltaba por oír

El viernes tuvimos lío. Camille me preguntó si el domingo por la tarde la llevaba a patinar sobre hielo y a mí, sinceramente, la respuesta me salió de dentro, sin pensar: lo siento, el domingo no trabajo. No le di la mayor importancia, aunque me di cuenta de que sonó un poco raro. Media hora más tarde, empezó la guerra abierta: Helène me dijo que ella no creía que verdaderamente me gustase ser aupair, que siempre tengo cosas que hacer, que voy a mi aire y que nunca hago cosas por ellas. Yo flipaba. Me dijo que ser aupair no era verdaderamente un trabajo, y que ya que me daban alojamiento y comida, lo mínimo que podía hacer era llevar a Camille a patinar, porque a mí también me gusta. Yo seguía flipando. Tampoco me defendí mucho, solo dije que mi finde era mío y que estoy acostumbrada a vivir a mi aire y que tengo cosas que hacer. Qué iba a responderle? El sueño de mi vida no es ser aupair, si estoy aquí es para aprender un idioma de cara a mi futuro como periodista, que es lo que realmente me gusta. Por otra parte, patinar sobre hielo me gusta mucho, pero si me llevo a Camille estoy segura de que dejará de gustarme y, digan lo que digan, el domingo es mío.
Así que ayer me fui a pasear con Saray por el Barrio Latino, comimos crèpes y vimos un montón de tiendas alternativillas, pero lo mejor fue descubrir una tienda de regalos de diseño, Pylones, realmente preciosa, el paraíso de los colores.

En fin, que me voy a clase, que ya son horas. Feliz inicio de semana. Bikiños, Mae!

miércoles, enero 10, 2007

Año nuevo, vida nueva

Desde que he vuelto, alucino en colores. Algo está cambiando en Maisons-Laffitte! Hoy Helène me ha preguntado si necesitaba ayuda con la comida y hasta se ha ofrecido a poner la mesa. Camille ha decidido que quiere ser la hija perfecta: hace los deberes sin necesidad de insistir, toca la guitarra sin rechistar y recoge los platos de la mesa cuando acaba de cenar... Y Manon me preguntó ayer si quería ir el sábado con ella a montar a caballo. Yo empiezo a buscar la cámara, porque esto no puede ser cierto. En fin, mientras dure...
Hay otras cosas que no cambian, y es que siguen estando locos. Ayer Camille me dijo que quiere que vayamos a correr los martes y los viernes por la tarde, porque dice que está gorda. Le he intentado quitar la idea de la cabeza, por varios motivos: en primer lugar, está esquelética y en segundo, como es evidente, no me apetece absolutamente nada ir a correr por las tardes. Y el gabacho, claro, que es harina de otro costal. Compré galletas para la merienda de las niñas y me dice: no hay que comprar estas galletas! Le pregunto que por qué, porque son para llevarle a Camille al cole, y me contesta, como haciendo pucheros y pegando saltitos: es que las veo y no puedo evitar comerlas... No comments!
En fin, que me voy a disfrutar de mi tarde libre... estudiando Psicología. Bikiños, Mae!

martes, enero 09, 2007

Snifff!

No quería volver, lo prometo. Desde el viernes por la tarde, la frase que más repetí creo que fue esa: no quiero irme. "No me extraña", decía DJ Emilio el domingo por la noche. Quién, en su sano juicio, querría volver? Qué bien se estaba en casa, con la family! Y los chicos, claro, que siguen igual que siempre (sois geniales, no cambiéis nunca); Luis no me perdonará jamás la cena en el Vips, pero yo valoro enormemente el esfuerzo.
El viaje de vuelta, como era de esperar. Iberia no cambia ni cambiará. Una hora de retraso en el vuelo a Madrid. Atravesé la T4 de punta a punta en tiempo récord; menos mal que hay cosas que hacen medianamente bien y nos informaron de las puertas de embarque de los enlaces en el avión. Y cuando por fin llego a mi puerta, que por cierto cambiaron a falta de quince minutos del embarque, me encuentro con que este vuelo también va retrasado. Al final llegué a París a las 15, cuando tenía que haber llegado a las 13:45. Tuve suerte en la cinta de equipajes y en el tren que va desde Orly a París (por cierto, 7'20€ seis minutos de trayecto), pero no me dio tiempo a cumplir con mis obligaciones como aupair y tuve que llamar a Sophie para que recogiera a Camille.
Y la vuelta a casa, también como era de esperar: la nevera vacía y 50 euros para que hiciera la compra y el lavaplatos limpio, esperando a que alguien lo recogiera y un montón de tazas y vasos sucios fuera.
Y como los Reyes se portaron guay, ya tengo cámara de fotos, así que os dejo una pequeña muestra de dónde transcurre mi vida.

Mi mesa, con el portátil en primer plano, los postit en la pared y la tele muerta del ascoY aquí, perspectiva general del cuarto desde la puerta.
Efectivamente, desorden total y absoluto... Como podéis ver, tengo dos ventanas inmensas. El cuarto mola mil; voy a proponerle al gabacho que me ponga microondas y una nevera pequeña y no volverá a saber de mí...
Bikiños, Mae!