domingo, diciembre 31, 2006

La Odisea

Estrés. Son las 16, llego al aeropuerto. Sin problemas. Orly es pequeño, nada que ver con Charles de Gaulle. Certifico la salida de mi vuelo: en hora. Tranquilidad. Mensaje a casa: todo va bien.
Son las 1630. Todavía no tenemos puerta de embarque. Me acerco a preguntar. Nuestro vuelo lleva dos horas de retraso. Pánico. Si salgo a las 19, llego a las 21. Casi imposible llegar al enlace, siempre y cuando los vuelos nacionales ya vayan en hora. Me dicen que no hay nada que hacer, que mi avión acaba de salir de Madrid.
Son las 17. Iberia anuncia la salida de su vuelo 3405 con destino Madrid. Compruebo mi billete: 3409. Me acerco a los mostradores; nadie habla ni papa de español. Les explico que tengo que coger un enlace a las 21, que si salimos a las 19 pierdo el avión. Me preguntan que si hay otro vuelo a Vigo después. No, es el último. Caras de circunstancias. Espere, mademoiselle. Les pregunto, o más bien suplico, que si no me pueden meter en el vuelo que sale ahora. No llevo equipaje, soy lo que veis. Me dicen que el avión está lleno, que habrá que esperar. Si alguien pierde el vuelo, habrá un sitio para mí. Faltan dos pasajeros. Última llamada. Me siento mala persona, pero deseo con todas mis fuerzas que no aparezcan. No faltan pasajeros, se han hecho un lío con los nombres. El avión está lleno. Impotencia. Me explican que siempre guardan dos sitios, por lo que pueda pasar. Uno está ocupado; el otro lleva mi nombre. Gracias, muchísimas gracias, es usted très gentille, madame. Corre, date prisa, eres la última. Llamada a casa: me voy a Madrid; llego al enlace incluso si sale puntual.... Tranquilidad absoluta. Un 10 al personal en tierra de Iberia.
1830. Ya estamos volando, puedo encender el portátil. Como voy en salida de emergencia, en el aterrizaje hay un azafato delante de mí. Très gentil, también. Maravillosa la sensación de hablar español. Le pregunto si viene de Madrid; me contesta que sí, que aquello es un caos. Hay muchísima gente; durante algunas horas solo han salido viajeros en tránsito. El resto, esperan en la T4. Me dice que todos los vuelos están retrasados, incluso los nacionales.El siguiente problema se planteará al llegar a Barajas: puede que el vuelo no salga hasta mañana. Pánico, encore. No quiero pasar la noche en Barajas. Pensemos en positivo, por ahora las cosas van bien. En París me han dicho que Iberia va a colocar a los viajeros en los vuelos siguientes. Cruzo los dedos.
1940. Estoy en Madrid, estoy en Madrid, estoy en Madrid!! Me recorro la ya familiar T4. Ya casi no queda gente, han recuperado las horas previstas de los vuelos nacionales. Me voy al mostrador de AENA y me confirman la puerta de embarque del vuelo a Vigo y que sí, que va en hora. Relax. A las 21 empieza el embarque. Por fin en casa.

sábado, diciembre 30, 2006

Me vuelvo a casa

El mismo día que ETA decide que ya está bien de negociaciones, yo tengo que pasar por la T4. No, no tengo miedo físico, pero acabo de leer que la T4 ha sido evacuada y no sé cómo puede afectar a mis vuelos. Hasta las 17 no tengo que salir de Orly, pero la terminal ha sido evacuada y a ver cómo se desarrolla el tráfico de vuelos a lo largo del día. Es que no me lo puedo creer; mira que no hay aeropuertos, mira que no hay días y mira que no hay terminales en Barajas... Por lo pronto Aena ha interrumpido el tráfico aéreo hasta que se compruebe que no hay más artefactos. Me veo, con mucha suerte, pasando la noche en Barajas, o en Orly, que sería peor... Ya, ya sé, no hay que ser tremendistas y hasta las 17 falta mucho, pero es que la cosa tiene muy mala pinta.
Lógicamente, además de todo este rollo egoísta de cómo va a afectar a mi vida, también me preocupa el fin de la supuesta tregua y las negociaciones y toda la resaca política que conlleva, pero esas reflexiones las dejaré para cuando llegue a casa.
Bikiños, Mae!

viernes, diciembre 29, 2006

... y pimienta

Tres meses aquí me han servido para descubrir cómo funciona la nouvelle cuisine. La base de todo es la mantequilla, la sal y la pimienta. Da igual que hagas pintada al horno, que champiñones con nata que endivias con bechamel; d'abord, lo que tienes que hacer es echar mantequilla, sal y pimienta, aunque a veces roce el absurdo. Por ejemplo, hoy el gabacho ha hecho una vinagreta para acompañar la ensalada y llevaba los tres ingredientes mágicos, además de aceite y vinagre, que es lo que el resto de los seres humanos ponemos en una vinagreta... El tema de la sal también es para darle de comer aparte: ha comprado una especie de cosa-chisme-cacharro eléctrico que muele la sal gruesa y que va retroiluminado, muy fashion, y que cuesta 80 euros!! Sí, una pasta en una estupidez, porque en el super la sal fina la venden en paquetes de kilo.
En fin, que mañana a esta hora estaré preparando mi maleta para irme a casita, donde no quiero saber nada de mantequilla ni de pimienta, sólo aceite de oliva y jamón...
Bikiños, Mae!
PD: Felicito, con mucho retraso, pero es que se me ha olvidado: Gorka, el 23; Ignacio, el 26 y Cristina, Jonay y SantiSanti el 28. Muchos besos a todos!

martes, diciembre 26, 2006

Conspiración judeo-masónica

El sábado, cuando me iba a casa de Ana a pasar la Nochebuena en familia, me reencontré con la french philosophy de nuevo. Vendieron como el doble de billetes de tren de los que podían e íbamos en los vagones como en el metro en hora punta. Nos dijeron que esas no eran condiciones de seguridad y que iban a añadir vagones y que en media hora salíamos... La media hora se transformó en 45 minutos y luego en una hora y así hasta las dos horas de espera, de pie, pasando frío en el andén. Cuando llegué a Montargis pensé en reclamar los 10 euros del billete, pero tenía tantísimo frío (y hambre también, porque teóricamente llegaba a las 15 e iba a comer al llegar) que solo quería meterme en el coche, con la calefacción a tope y entrar en calor (y comerme el bocata de JAMÓN SERRANO que Ana me había preparado).
La Nochebuena a la francesa estuvo guay. En casa de Ana estaba como en mi propia casa (incluso alguien me dijo sé que es egoísta, pero me alegro de que estés aquí y no en España), sobre todo cuando descubro que el clan Albés se puso de acuerdo para organizar una cena simultánea, vía Skype y web-cam. Al terminar de cenar, conectamos con Vigo y con DJ Emilio y estuvimos bailando y cantando durante dos horas; vamos, como si estuviéramos allí. Y yo, ilusa de mí, pensaba que qué era genial esto de improvisar lo del Skype, pero al día siguiente me enteré de que todo estaba previsto desde la semana anterior. Por la mañana descubrí que había regalos también para mí: Ana me regaló un paraguas, rosa, por supuesto y el cuento de La princesse au petit pois y mi madre me mandó los típicos regalos que hay en casa en Navidad por correo. Eso sí, todo amañado vía telefónica entre las dos... Creo que por un momento subestimé las féminas de la familia, pero la verdad es que son capaces de todo! Y el lunes vino la familia política a comer, a merendar y a cenar, porque llegaron a las 13 y se fueron a las 21. Cuando por fin salieron, suspiro de alivio generalizado. Y no es porque sean mala gente ni nada, pero ya teníamos sobredosis de familia (siempre desde el cariño, claro).
En fin, que Joyeux Noël a todo el mundo! Bikiños, Mae!
PD: Os dejo la felicitación navideña que La Pequeña Delirio me ha mandado por mail. Muy bonita; gracias, Ela!
EDIT: fuentes cercanas a la investigación dan más datos acerca del retraso del tren: por un suicidio acontecido en la vía correspondiente, la SNCF se vio obligada a suspender el tren anterior y a realojar a los viajeros en el tren de las 14, provocando el ya conocido overbooking.

viernes, diciembre 22, 2006

22 de diciembre

Jo, la Lotería... Debe ser el primer año en siglos que me levanto y no oigo la musiquilla de los niños de San Ildefonso por todos lados; parecerá increíble, pero se echa de menos. Y mañana me voy de finde a casa de Ana, para pasar allí Nochebuena y Navidad. Ayer cuando fui a comprar el billete para irme a su casa, viví otro momento de filosofía francesa: me preguntaron si tenía algún carnet de estudiante para hacerme el descuento y le dije que sí, que ahora se lo enseñaba. Y me contesta: no, no hace falta, y me da el billete. Aquí se da por hecho que nadie engaña al sistema, es curioso.
Ha sido una semana dura, la verdad. Ahora que he conseguido entenderme con Manon, Helène ha decido que es un buen momento para demostrar su estupidez adolescente. Hemos discutido todos los días; prometo que he puesto de mi parte por hacerlo más llevadero, pero es que está histérica y a nada que le dices, arde Troya. Tengo que reconocer que tampoco he estado tan conciliadora como de costumbre, pero es que es Navidad y me gustaría estar en mi casa y no aquí, oyéndola quejarse por tonterías como, por ejemplo, que me he olvidado de comprar comida para el conejo. Me faltó preguntarle: es que tenéis un conejo?, porque el pobre conejo está en una especie de establo fuera de casa y lo he visto dos veces...
En fin, que Feliz Navidad a todos! Bikiños, Mae!

lunes, diciembre 18, 2006

Paris sur glace

El sábado nos fuimos de compras navideñas y de paseo por París y vimos la pista de patinaje sobre hielo que han puesto delante del Hôtel de Ville. Nos quedamos como tontas mirando a la gente y nos dieron tanta envidia que el domingo quedamos con las chicas de la academia para ir a patinar. Contra todo pronóstico, patinar es súper barato: solo pagas el alquiler de los patines (unos patines buenísimos, nada de plástico barato, sino botas blanditas y cómodas), cinco euros, y el uso de la pista es gratis. Si llevas tus patines, directamente entras. Esto, como todo, tiene sus pros y sus contras: el patinaje es accesible a cualquiera, y la pista está llena de macarras que te derrapan al lado, que van esquivando a los niños y que acaban por tirarte al suelo. Nos lo pasamos guay y hemos decidido volver, solo que iremos un sábado a partir de las siete, porque ayer había tanta gente que malamente podías moverte.
Cuando ya nos íbamos, vemos a una chica gritar a una de las encargadas que tenían una urgencia. Levanto la cabeza y veo que al chico que está con ella le faltan dos dientes y que tiene la boca llena de sangre. Se había caído de morros en el hielo, porque estaba disfrutando del minuto de vitesse que dedican a los buenos patinadores tras alisar la pista, y se ve que no era tan buen patinador como creía...
Y después tuve mi primera pelea verbal en francés con alguien mayor de edad. Fuimos a tomar un chocolate porque hacía muchísimo frío. Cuando hacía media hora que habíamos pedido, llamamos al camarero para preguntarle si había algún problema y dijo que no, que nuestros chocolates ya estaban listos. Y viene al cabo de dos minutos para decirnos que no hay chocolate, que pidiéramos otra cosa. Oh-là-là, no me lo puedo creer. Media hora esperando para esto? Me hubiera ido a otro sitio, será por bares en París. Al final merendamos gratis por las molestias causadas y nos trataron como a reinas. No hay nada como tener un poco de genio en el paraíso de la politesse para que reconozcan tus derechos.
Genio que no me sirve de nada ante la maravillosa huelga de trenes que continúa después de una semana. Ayer estuve una hora esperando al tren en Nanterre Université, muerta de frío, porque no hay nada más que las vías. Al cabo de media hora me recorría el andén de un lado a otro dando saltitos, porque creí que se me congelaban los dedos de los pies. Al llegar a casa me puse unos calcetines de lana pura que mi señora madre me compró en Potes (Cantabria) y en tres minutos mis pies recuperaron su temperatura habitual...
Que tengáis buen inicio de semana! Bikiños, Mae!
EDIT: la delegación viguesa en Francia me informa por sms que la huelga de RER ha terminado... por fin!

viernes, diciembre 15, 2006

Frío

Al que dijo aquello de que el frío es un estado mental, le recomiendo, siempre desde el cariño, que se venga conmigo a llevar a las niñas al cole. Aquello de encontrarme con el espejo retrovisor empañado por el frío ha pasado a la historia, ahora el coche está directamente congelado. El parabrisas, los retrovisores y la luna trasera cubiertos por una capa de hielo de un centímetro de grosor, sin exagerar. Hasta ahora no había visto nada igual; nieve sí, pero hielo... La solución, de lo más tonta (y no, no es echar agua caliente encima): raspar el cristal con una tarjeta de crédito y en dos minutos, listo. La calefacción a tope, solo que el coche tarda en calentar casi diez minutos, así que salía aire frío y estábamos en el coche como los pingüinos de Happy Feet. Ahora en serio, ha llegado el famoso invierno parisino. Todo estaba helado esta mañana y han empezado a echar sal en las aceras, así que parece que la nieve no se va a hacer esperar. Creo que me voy a comprar unas plantillas de esas que desprenden calor a medida que caminas, porque aquí hay muchísima humedad y tengo los pies helados todo el día.
Por lo demás, todo comme d'hab: la huelga de trenes sigue la semana que viene y mi profe de francés me ha confirmado que los servicios mínimos no existen y que hay trenes porque algunos maquinistas no hacen huelga (y este es el país que nos ponen como ejemplo de progreso y libertad y blablablá). Yo creo que el problema está en que la gente no se queja. En Madrid, ante cualquier problema tonto en el metro, poníamos el grito en el cielo; aquí es que ni en las noticias hablan de la huelga de trenes, por no saber, no sabemos ni por qué protestan. Malditos gabachos!!
Bikiños, Mae!

jueves, diciembre 14, 2006

Vaya semanita

Esta semana toda la family se ha puesto de acuerdo en no dejarme dormir. Reconozco que en parte es culpa mía por no querer habituarme al horario francés, pero es que no tengo ninguna necesidad de levantarme a las siete! El martes el gabacho decidió que las ocho y media era una buena hora para decirme que había que comprar pan de molde; el miércoles llamó por teléfono a las 8 para decirme que Helène se había olvidado el reloj en casa y hoy le ha tocado a Camille. Llamó por teléfono a casa para decir que se había olvidado las botas y que si se las podía llevar a la puerta. Yo no sabía ni qué hora era, así que cogí las botas y tal cual estaba en pijama salí a la calle y las dejé allí. Cuando volví a mi cama me encontré con la dura realidad: las siete y media de la mañana.
Creo que realmente es una táctica que están empleando conmigo de forma progresiva, porque mañana me toca levantarme a las siete y el sábado también; seguro que lo hacen por mi bien, para que no sea muy duro el golpe...
Hoy me he quedado más tranquila al saber que a todas las filles aupair les pasan cosas raras. Saray, mi amiga la giputxi, me ha contado que uno de los padres a los que ve en la puerta del cole cuando lleva a los niños quiere quedar con ella, invitarla a cenar para conocerse y lo que surja, y ahora la llama como veinte veces diarias... Lo mejor es que está casado.
Sí, mejor no hacer preguntas...
Bikiños, Mae!

lunes, diciembre 11, 2006

Huelga de trenes

No le han tenido que pitar los oídos ni nada este mediodía a los maquinistas, revisores, trabajadores en general, sindicatos, directivos y demás familia de la SNCF. Huelga de trenes, de nuevo. Ayer nos la liaron parda; volvíamos de París a las siete de la mañana y vemos que hay huelga. Me acuerdo cuando en Madrid nos quejábamos de las huelgas (oficiales o encubiertas) del Cercanías, cuyos servicios mínimos en hora punta eran tres de cada cuatro trenes; o incluso de metro-de-madrid-vuela, que tenía un tren de cada dos. Aquí los servicios mínimos se traducen en no hay servicio. Directamente cortan el RER y búscate un medio alternativo de transporte. Así que ayer, a las siete en La Defénse, suplicando por que ya hubiera buses a Maisons-Laffite. Tuvimos suerte, esto es Europa, a las seis de la mañana empiezan los buses. Media hora de espera, pero por lo menos pudimos volver. Todavía más suerte si pienso en que Saray venía a dormir a casa, y la aventura del transporte se lleva mejor acompañada que sola, un domingo volviendo a casa después de mil horas por ahí. Y esta mañana, la huelga seguía. Así que otra vez un lío terrible para volver a casa desde la academia de francés.
Pero ayer, cuando llegué a casa por la noche (nos levantamos a las cuatro y nos fuimos a desayunar-merendar-cenar un chocolate y unos gofres) me encontré con que los Reyes Magos se habían pasado por mi correo electrónico. Una buena amiga me ha regalado un dibujo precioso, que me ha encantado y que es la confirmación de que mi futuro paraguas ha de ser rosa, como el anterior.
Y el sábado por la tarde estuve de compras en el Forum des Halles (de compras es mucho decir, aquí por ver escaparates ya te cobran), un centro comercial digno de ver. En cuanto entras tienes que coger un plano, porque tiene cuatro plantas inmensas y llega un momento que no sabes ni dónde estás ni a dónde ibas; una auténtica locura. Y el sábado fue el día en el que le fui infiel a mi adoradísimo McDonald's, pero es que he descubierto Quick. Y es que los helados, el chocolate y la pâtisserie le dan mil vueltas a la del amigo Ronald, y las hamburguesas no es que sean más grandes, que lo son, sino que no parecen de plástico y hay muchísima más variedad... No os imagináis cómo entran de bien las beignets de chocolate, caramelo y arándanos del Quick a las seis de la mañana con un chocolate calentito, cuando todavía eres feliz porque no sabes nada de una huelga de trenes...
Bikiños, Mae!

jueves, diciembre 07, 2006

Dilemas morales

Llevo unos días dándole vueltas a un par de historias, pero todavía no había tenido tiempo de plasmarlas sobre papel:
Camille se ha olvidado su libro de ejercicios en el cole, y como consecuencia no ha podido hacer los deberes. Cuando se ha dado cuenta me ha suplicado que no se lo dijera a su madre, que la iba a castigar. La verdad, es que no sabía qué hacer. Creo que todos, en algún momento, nos hemos olvidado la libreta o un libro o de hacer un ejercicio de matemáticas y no hemos dicho nada en casa por miedo a las consecuencias. Ahora mismo no recuerdo ningún ejemplo en concreto, pero estoy casi segura de que alguna vez, en el cole, me ha pasado. Entiendo a Camille, aunque no es la primera vez que le pasa, porque es la persona más despistada del planeta, pero este es mi trabajo, y soy responsable de sus deberes. Así que me he quedado pensando y creo que he optado por la solución menos mala: yo no diré nada, pero tú se lo vas a contar a tu madre. Después me enteré de que eso también había pasado ayer, así que Sophie estaba un poco cabreada y finalmente la ha castigado.
El otro tema que me escama es que han puesto cajas exprés en el supermercado; son cajas en las que el cliente pasa los productos por el lector y los mete en bolsas. Lo de exprés es un decir, porque la gente es ortocleta al máximo y no se entera, y van más lentas que las otras. El tema está en que como buena adicta a la tecnología que soy me veo en la obligación de utilizarlas, pero mi roja conciencia grita que esas cuatro cajas han quitado cuatro puestos de trabajo y que a mí no me sale más barata la compra por ello...
Sí, tengo mucho tiempo libre para pensar :P. Bikiños, Mae!

miércoles, diciembre 06, 2006

Tonterías varias

Esta semana dais mucho asquito los españoles... Cinco días de puente o finde largo en el peor caso! Europa no se para, aquí eso de los festivos está muy mal visto, igual por eso cuando dices que eres española te gritan, mientras levantan los brazos: España, fiesta!!! Es que para esta gente Europa sigue terminando en los Pirineos...
Lo de los Pirineos me ha recordado a la falta de nieve en las estaciones de esquí y a un artículo que leí, vía menéame, sobre el fenómeno del Niño. Resulta que este año es año de Niño (no sigue un patrón establecido, así que no se sabe cuándo toca) y las temperaturas en Europa van a ser más altas de lo habitual en todo el invierno. Esto explica por qué en pleno diciembre se puede salir a la calle con un jersey y la cazadora vaquera... y con paraguas, porque el Niño implica temperaturas altas y muchas lluvias. Reconozco que la lluvia es molesta, pero saber que no me voy a morir de frío en París me hace inmensamente feliz! Vamos, que tengo una suerte increíble, todo el mundo lo dice, porque otros años a estas alturas ya había nevado dos veces y ahora parece que estamos en primavera...
Y ya solo faltan 24 días para volver a casa!

martes, diciembre 05, 2006

Tantas cosas que contar...

De vuelta ya... Una lástima, porque en Bilbao se estaba de muerte y enseguida se acostumbra una a lo bueno. Un finde genial, la verdad: jamón del bueno, pintxos, música, futbolín, Guggenheim, playa y, lo mejor de todo, la compañía. Volveré, lo tengo claro.
Y frente a la tranquilidad bilbaína, el estrés de fille aupair: desde la Gare de Maisons-Laffitte hasta el cole de Camille, menos de 15 minutos. Que tiemble Montgomery, que le voy a arrebatar el récord de los 100 metros lisos! La carrera, sumada al viaje, me dejó para el arrastre y cuando por fin llegué a casa a las ocho y media y me encontré con que el colega no había recogido el lavaplatos y estaba toda la cocina llena de vasos y tazas sucias, creí que me daba algo. Mi cara debió ser de foto, porque me dijo: se te ve cansada, ya recogerás mañana. Aún le queda algún resquicio de humanidad, pero no el suficiente. Ayer volvimos a hablar de las vacaciones de Navidad. Me dijo que si quería me podía ir a casa el 23 y volver el 25, pero que el resto de la semana tengo que estar allí porque él tiene que trabajar. Le dije que al precio al que estaban los billetes de avión no iba a ir y volver dos veces, que me iba el 30 y volvía el 8. Y él me dice que Nochebuena y Navidad las pasan en casa de su madre, que a ver qué hacemos para que yo no pase esos días sola... Yo flipaba, la verdad. En el momento en el que digo que me quedo, creo que lo mínimo es que me diga que cene con ellos, aunque no le apetezca, no? Pero antes de ponerle en un compromiso de ningún tipo le dije que no se preocupase, que tenía quien me diese asilo político. Creo que respiró bastante aliviado. Que por cierto, cuando llegue el 8 de enero, este estará comiendo ya en platos de plástico solo por no recoger el lavaplatos...
Así que esta mañana me he comprado el billete de vuelta a casita, ahora que ya sé que solo tengo una semana de vacaciones. París-Madrid-Vigo y viceversa, con dos horas de espera en la estupenda y fantabulosa T4, porque vía paterna me he enterado que Vueling no tiene la ruta París-Santiago ni piensa tenerla, aunque en su web sí que aparezca la posibilidad (documento gráfico que lo atestigua!!) y te digan que esas fechas no están disponibles, que pruebes dentro de unos días. En fin, una estafa como cualquier otra, porque al final me he visto obligada a comprar el billete con Iberia, que me toca bastante los pies, porque te tratan mucho peor que en las low-cost y el precio no tiene nada de low. Air France, en el vuelo a Bilbao de ida nos dio un cafecito y en el de vuelta, un sandwich. Di tú que las maletas no salen por la cinta, sino que te las ponen al lado del avión y tú recoges la tuya, pero el esfuerzo no es tan grande y la diferencia de precio compensa. Y cuando has terminado de comer, no hay carrito super fashion para recoger los restos, sino que pasa una de las dos azafatas que van en el avión con una bolsa de papel y tú tiras ahí la basura.
Después de este alegato a favor de las low-cost me voy a comer, que dentro de nada empieza mi jornada laboral. Hoy tengo guitarra con Camille y tengo que hablar con su profe para ver qué tal va. Y luego tengo que hacer compra, que la nevera está vacía de nuevo y me han dado 50 euros para llenarla! Como no sea el milagro de los panes, los peces y los billetes de 50 euros, vamos listos.
Mañana, más. Bikiños, Mae!

viernes, diciembre 01, 2006

Y van dos!

Hoy es un día un poco raro, porque es viernes y las niñas están con su madre, porque han cambiado los días. Hoy me tocó cenar con ellas, temprano, a las ocho menos cuarto, pero valió la pena, porque hice risotto de pintada y champiñones para cenar y estaba de vicio; cada vez tengo más claro que si no encuentro curro de periodista podré presentarme a pinche de Arzak o algo así :P. Sophie y Florent quedaron a las siete y media en casa para discutir no sé qué y ella se fue sobre las nueve y pico. Evidentemente no me acerqué a saludar, pero que la conversación era tensa se notaba desde Lima. En cuanto ella se fue, el colega descorchó una botella de vino, y ahora acabo de oír cómo abría la segunda... En fin, que a mí plin-que-duermo-en-pikolin.
Por lo demás, todo guay. Ya tengo buen rollito con Manon, excepto cuando tiene el día muy tonto, y nos reímos mucho juntas. Creo que el día que le hice un peinado super chulo para una fiesta de cumpleaños marcó un antes y un después en nuestra relación, y ahora hablamos bastante y nos metemos la una con la otra, pero en plan bien. Las otras dos, pues como siempre, un poco insulsas... Y sigo a la busca y captura de un billete de avión para volver a casa en Navidad, pero la cosa tiene mala pinta. Vueling no saca billetes a Santiago, y empiezo a ver que la única posibilidad va a ser Oporto o la escala en Madrid. No sé, cuando estaba en la city por lo menos tenía posibilidad de jugar con las fechas, pero ahora no!
En fin, que tengáis muy buen finde. Bikiños, Mae!

PD: Desde mañana hasta el lunes cambio de URL; no estaré en París, sino en Bilbao. Ya os contaré!