Y esto se acaba... Nueve meses en Francia me han servido para confirmar lo que ya sabíamos: como en España, no se vive en ningún sitio! Nueve meses de blog, en los que muchos me habéis demostrado vuestro apoyo; muchas gracias!! Pero vamos poco a poco:
Gracias a los comentaristas, siempre poniendo la guinda, dejando un poco de cada uno. Con especial cariño a Puritita (las chicas Albés sois excepcionales) y a Luisete, que me ha hecho llorar de la risa con sus comentarios irónicos y con sus arrebatos en defensa del proletariado. Gracias también a todos los que habéis pasado por aquí, pero no habéis dicho nada; me dicen que desde Dasme Noxo hay bastantes visitantes!!
Gracias a Miguel que, al principio, consiguió animarme y convencerme de que los chapafresas no iban a poder conmigo!
Gracias a Ana, por acogerme como a una más, porque hizo que las Ciber-Navidades fueran geniales, por emocionarse conmigo mientras abría los regalos que la Reina Madre me había mandado y porque, gracias a ella, ya tengo el cuento de La princesa y el guisante.
Gracias a Elisa y a Pablo, por haberse acercado a París, aunque fuera poco tiempo; con ellos me sentía como de vuelta a la city.
Gracias a Pablinho, porque su blog siempre me ha arrancado una sonrisa, incluso en los momentos más difíciles (bendita retranca), por comprar todos los regalos por mí, por configurar el skype y la webcam en casa, por defenderme a capa y espada de los pirados de los ninjas, porque no hay ningún hermano como tú.
Gracias a mis padres, sobre todo. Gracias a mi padre, por tener la idea de venir al extranjero, por apoyarme, por poner ADSL en casa para que mamá y yo podamos hablar horas y horas por skype, aunque él no entienda que haya tantas cosas que decir, porque casi le fastidiase más que a mí el suspenso de Psicología General, por dejarse ganar en la batalla del 207... Gracias a my mom, por haberme enseñado a pensar en positivo y a reírme de mí misma, por las interminables charlas telefónicas, llenas de risas y buenos momentos, por entender que sólo fuera cuatro días a casa por Pascua... Gracias a los dos, por estar ahí, porque sé que puedo contar con vosotros; no cambiéis nunca!
Se acaba París. Pero París también fue un principio. Un principio de algo que espero que dure mucho tiempo. Gracias, Mau, por haber venido cuando más lo necesitaba, por estar al otro lado del teléfono desde el primer día hasta el último, por darme siempre otro punto de vista, por pasar conmigo los buenos y los malos ratos, por intentar entenderme, por preocuparte, por cuidarme todo lo posible desde la distancia... No sé que hubiese hecho sin ti.
Pues eso, que esto se acaba. Nos vemos en la próxima aventura. Feliz verano!
Muchos besos, Mae!
Bajito no se escucha na-da: Pereza - Todo...