French Philosphy

Después de tres semanas aquí, todavía no he conseguido pillarle el truco a tanta politesse. Aquí hay que dar las gracias por todo, a todas horas, pedirlo todo por favor y desearle a todo el mundo que tengan bonne journée. El caso es que siempre se me olvida, así que piensan que soy una maleducada. Por otra parte, todo es pose, porque los franceses, en general, son unos rancios (alguno bueno hay, claro) y la amabilidad es ficticia. Ayer, en la cola del supermercado, una señora con un carrito hasta los topes nos ve a Camille y a mí con un paquete de chicles en la mano y nos dice: sabéis que hay cajas para menos de diez artículos que van más rápidas que esta? Por un momento pensé que nos iba a decir que, si solo teníamos una cosa, que pasáramos delante. Mira que puedo llegar a ser ilusa! Eso aquí, jamás. Probablemente sean el pueblo más hipócrita del planeta. Por cierto, esa imagen que nos venden de Francia como país progre y moderno es totalmente falsa, son bastante (por no decir muy) carcas y ahora están poniendo al gobierno español como ejemplo a seguir. Una lástima que no me dejen votar aquí, porque Segolène Royal podría contar conmigo.
Y mañana me voy a territorio pseudo-español. Mi tía Ana, esa tía enrollada que todos tenemos, vive a una hora de París y me da asilo político este finde, así que me tocan horario y costumbres españolas. Qué ganas de que sea sábado! Buen finde a todos. Bikiños, Mae!