Y mañana, una semana

Mañana va a hacer una semana que estoy aquí, y ha sido una de las más largas de mi vida. Incluso más que aquellas semanas interminables de febrero en soledad en el despacho. Hoy me he enfrentado a la Reina del Drama, porque estaba pegando a su hermana para que le escuchase. Me levanté y le dije que esa no era forma de hacerle entender nada. Hay que decir que esta tarde me bronqueó por dejar que la pequeña fuese sola a pasear al perro, así que yo estaba un poco cabreada con esa bruja. Ya se ha recuperado de su enfermedad misteriosa y mañana tiene que ir al cole (pobrecita!), y ahora dice que le duele la espalda. Como os podéis imaginar, ni caso. Se queja tanto que parece que se está muriendo y yo es que ni la miro. Creo que empieza a odiarme y no solo eso, sé que se burla de mí y mi miserable francés cuando habla con sus amigas, pero es que me resbala. Como se ponga muy tonta y me cabree de verdad, la vamos a tener, porque pienso gritarle en español y le voy a decir de todo menos bonita.

Mañana es la Nuit Blanche en París y si puedo me acercaré a los espectáculos de la calle, porque dicen que es impresionate. Es lo mismo que hicieron hace dos findes en Madrid, sólo que en París tiene una tradición de siete años. Y el domingo me voy a ver Nôtre Dame y luego Pompidou, porque esto de ser menor de 26 tiene sus cosas buenas: no pagas en ningún museo. Así que si alguno se viene de ruta turística, que se traiga el carnet de estudiante, que aquí hacen descuentos en un montón de sitios.
Llevo un par de días buenos, creo que por fin me estoy adaptando y como mis hormonas han dejado de dar por saco se hace más fácil. Además, Florent me ha dicho que me va a poner wifi en mi cuarto, asi que la vida puede ser maravillosa.

Buen finde a todos. Bikiños, Mae!