viernes, octubre 13, 2006

A Linux pongo por testigo...

Desde el conflicto internacional del lunes por la tarde, no he tenido tiempo para sentarme a escribir. El miércoles, Sophie, la madre de las tres fieras, se dejó las luces del coche encendidas, y me pidió que la llevar hasta su casa para cargar la batería de su coche con el mío. Hasta ahí todo bien. El problema está en que me llama para que le arregle el coche (a mí, que ni me leí el tema de mecánica en la autoescuela porque confiaba en que no me cayera ninguna pregunta en el examen) y bueno, seguro que Luis lo hubiese hecho en tres minutos, pero yo tardé un poco más hasta que pillé el funcionamiento de las pinzas famosas. Con todo este lío no pudimos comer en su casa, asi que nos llevó a la crèperie. Qué buenas están las crèpes! Alex tenía razón, no puedes pasar hambre en Francia habiendo crèpes... o sí. Resulta que cada uno una crèpe salada y otra dulce, y ya está. Claro, a las dos horas estaba muerta de hambre, pero nada que no solucione un sundae del McDo.
Y por la noche, cine. En francés, of course. La peli no era gran cosa, pero se les entendía bien y no había diálogos muy transcendentales, así que me enteré de prácticamente todo. Eso sí, salí agotada de prestar atención durante dos horas. Tengo que practicar, porque cuando vuelva mi amadísimo Jack Sparrow quiero ir a verlo y enterarme de todo. Me encantan los miércoles. Dejo de ver a las niñas a las 14 y no las vuelvo a ver hasta el jueves a las 17, pero claro, han recuperado fuerzas durante todo ese tiempo y acaban conmigo. La mayor ha decidido que es más fácil no hablarme, así que coexistimos pacíficamente en silencio sepulcral, a veces un poco incómodo, pero mola. Ayer les tocó a las otras dos. Estuvieron peleándose durante una hora por un vaso que había que recoger y yo, ni puñetero caso, porque estaba haciendo lentejas. Os acordáis de aquello que dije al salir de la resi de que no volvería a comer lentejas en mi vida? Pues resulta que ahora no las como, pero tengo que cocinarlas, que casi es peor: una hora con el olor a lentejas en la cocina!!
Y mañana me voy a París a comprar los libros de Psicología y de paseo, claro. Y si tengo tiempo, a cortarme el pelo, que esto de la media melena no es para mí... Con lo que molaba mi pelo pincho! Ya os contaré qué tal. Bikiños, Mae!

4 comentarios:

Anónimo dijo...

haciendo lentejas ee, mm que rico XD

Por cierto suerte con Psicología ;)

Anónimo dijo...

hmmm! cambio media melena por chándal :P

Anónimo dijo...

Buenas.
Por alusiones, funcionamiento de las pinzas, ein? pero funcionan? yo juraria que sólo hay que engancharlas no? jejeje. Vaaale, ya me cayo ;)
Ciao.

MaeMae dijo...

El problema es que si no las enganchas bien, no sirve para nada... :P